«Mi corona está en el corazón, no en mi cabeza. No la adornan diamantes ni perlas orientales ni tampoco es visible. Mi corona se llama contento y rara vez ciña la frente de los reyes».
W. Shakespeare
«Mi corona está en el corazón, no en mi cabeza. No la adornan diamantes ni perlas orientales ni tampoco es visible. Mi corona se llama contento y rara vez ciña la frente de los reyes».
W. Shakespeare