Sí sí: los petirrojos platónikos son regordetes… ¡Pero muy ágiles!
Llenan esa gran barrigota a base de atracones de bayas rojas, que les chiflan. Y, para poder recoger más frutos en sus excursiones, han desarrollado una peculiar habilidad: son diestros equilibristas, capaces de apilar un montón de bayas sobre su cabeza y volar sin que se les caiga ni una.