Los pulbos se plantan en primavera: sólo hay que poner sus patitas en remojo y en un par de semanas empiezan a florecer; es entonces cuando podemos admirar la flor de pulbo o pulbesia, muy apreciada en Platonia por su peculiar aroma de mar.
Algunos consejos para su cuidado:
- Lo mejor es utilizar agua salada para el remojo; por su parentesco con los pulpos marinos, a los pulbos les encanta la sal.
- Para una floración más vigorosa, no olvidéis decirles algo bien bonito al oído cada día.
- Al final de la temporada, es conveniente guardarlos en un lugar fresquito y protegido de la luz del sol; así se conservarán perfectamente para poder volver a disfrutarlos al año siguiente.